Parafraseando al gran Woody Allen, este post va de “Todo lo que siempre quiso saber sobre el flamenco y nunca se atrevió a preguntar”… Ese Arte Mayúsculo, ese gran desconocido, y esas curiosidades del flamenco.

Curiosidades del flamenco

El mundo del flamenco no solo nos ha dejado artistas y canciones para la posteridad: también es una cultura llena de curiosidades fascinantes. ¿Conoces la etimología de la palabra “flamenco”? ¿Las influencias escondidas del género o la cantidad de palos que existe? Y como estas, existen un sinfín más de curiosidades. ¡Vamos a intentar resolverlas!

Curiosidades del Flamenco

1️⃣ ¿Conoces el significado de «flamenco»?

Hay varias teorías que nos hablan sobre el origen de la palabra «flamenco», pero ninguna definitiva. Unas lo atribuyen a la relación con Flandes, ya sea por el color “colorado” de los habitantes nórdicos o porque cuando un cantaor destacaba se lo elogiaba así por la buena fama de los cantantes de esa parte de Europa, que actuaban en las capillas españolas durante el siglo XVI. García Matos lo atribuye al argot usado en la época para referirse a lo “ostentoso, fanfarrón o echao p´alante”.

Otra teoría lo fía a la falsa creencia de que los gitanos venían de Alemania, y llamaban flamencos tanto a los alemanes como a los habitantes de los Países Bajos.

Por último, la más curiosa para nosotros, dice que «flamenco» viene de dos palabras árabes. Una es -(falah): campesino que vive de la tierra, y otra, -(mankub): marginado, desahuciado, humillado, desposeído …

En esa línea, hacemos nuestras las palabras del insigne guitarrista Manolo Sanlúcar, quien escribió: “…Siendo recriminados y hasta desterrados los os , marginados, nativos andaluces, judíos y musulmanes, marranos y moriscos, los marginados, excluidos o desposeídos de su tierra, fueron acogidos por otros acosados y perseguidos, el pueblo gitano andaluz, a quienes transmitirían el conocimiento de la cultura y música del Cante Jondo”.

2️⃣ Flamenco: un arte que proviene de muchas culturas

No hay espacio aquí para tratar en profundidad el tema de la Historia del flamenco, su origen, sus creadores principales… pero sí para reseñarlo muy brevemente. Por no hablar de las curiosidades del flamenco que queremos aquí desentrañar.

El flamenco, tal como lo conocemos hoy, no existía antes de finales del s. XVIII o principios del XIX. Los elementos que van conformando el estilo sí existían, pero no como flamenco, ni siquiera se les llamaba de esta manera; existían como bailes andaluces, bailes gitanos, bailes de los negros, escuela bolera, bailes de teatro, etc.

Pese a que la historia documental conocida de este arte data sólo de los siglos que he mencionado anteriormente, esto es, XVIII y XIX, los estudiosos del flamenco lo remontan a mil años antes de la era cristiana para apuntar las características esenciales del trasfondo cultural andaluz, y se citan siempre una serie de referencias históricas muy importantes, como son:

-Las leyes tartesas metrocantables
-La colonización fenicia
-la colonización griega de Andalucía
-La cántica gaditana
-El cántico hispano-pagano latino

No podemos dejar de mencionar también la influencia de los visigodos, los árabes con las escuelas poético-musicales de Medina-Bagdad-Mosul, los antiguos villancicos y las composiciones autóctonas mozárabes: moaxaja y zéjel, así como la influencia hebrea.

La llegada de los gitanos a España se produce allá por el año 1425. Y entre los siglos XV-XVI, recorrieron todo el país, afincándose la mayoría en Andalucía. A partir de aquí y para que podáis comprender mejor, podríamos clasificar el desarrollo del flamenco en etapas. Partimos de finales del siglo XVIII con:

  • La etapa hermética (llamada etapa hermética porque el flamenco vivía en la clandestinidad, guardado en el ámbito de la cultura gitana)
  • Etapa primitiva (porque se empezaron a definir y divulgar los cantes flamencos fundamentales)
    -La Edad de Oro (surgen los cafés cantantes, los estilos fundamentales quedan fijados y el flamenco se profesionaliza)
  • Etapa de transición
  • La ópera flamenca (esta denominación se debe a una estrategia empresarial para conseguir beneficios tributarios para los espectáculos flamencos)
  • Etapa del Renacimiento (entre 1955 y 1985). Aparecen Antologías del Cante Flamenco, Concursos, La Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, el Festival Nacional del Cante de las Minas, nacen los primeros tablaos y peñas…)
  • Etapa Contemporánea

Por último, mencionar en la evolución del flamenco en la que es hoy sin duda una las capitales mundiales del Flamenco, Madrid (junto a Sevilla, Cádiz, Jerez y Barcelona), que acoge todas las ramas de este Arte, y que es también una de las capitales más cosmopolitas de Europa. En sus calles resuenan latidos flamencos, pero también de otros lugares, indios, judíos, árabes, latinos, africanos, centroeuropeos… la sangre romaní se mezcla en su viaje milenario con otras sangres, otros sonidos, de los que Madrid es depositaria privilegiada. En días como estos, en los que las corrientes migratorias vuelven a alcanzar dimensiones históricas, conviene recordar que han sido esos flujos, provocados por la justa aspiración de los pueblos a una vida mejor, los que han sembrado los frutos de los que se nutre nuestra cultura. ¿Sería Madrid hoy igual sin la influencia árabe, mozárabe y judía? ¿Sin la conexión latinoamericana? ¿Se puede entender la música española sin las huellas de otras culturas? Creemos que hay que pensar la cultura, el arte, no como un compartimento estanco sin relación con otros mundos, sino como un crisol de encuentros donde se fraguan las identidades que nos dibujan.

3️⃣ El cante flamenco y los palos flamencos

Nos hacen a menudo una pregunta: ¿Cuántos “palos” flamencos hay?

La respuesta no es fácil, es decir, no se trata de una cifra cerrada, pero podemos asegurar sin miedo a equivocarnos que el número de palos supera el centenar. Pero, ¿qué es un “palo”? ¿Un “palo” y un cante son lo mismo? ¿Qué tipos de variantes existen?  Aclaremos algunos principios.

Un palo viene a ser un estilo dentro del flamenco que tiene sus propias particularidades melódicas, rítmicas, armónicas e incluso líricas. Hay palos festeros, alegres, lentos, rápidos, profundos, ligeros, dramáticos… con distintos tipos de formatos de baile y, sobre todo, identificados y nucleados alrededor del tipo de cante flamenco y su forma de acompañarlo tanto por la guitarra como por el baile.

Los hay antiguos, modernos, clásicos, etc… Binarios, ternarios, en 4/4, en 6/8, con y sin hemiolia, con y sin amalgama, en tonos mayores, menores, modales… ¡hay una gran cantidad!

Además, hay que diferenciar de los “personales” -es decir, variantes que un cantaor hacía de una manera particular y que han permanecido-, de variantes “regionales” -identificadas por su lugar de origen, palos que podemos llamar “temáticos”, ya que son identificados por alguna parte de sus letras-.

Luego, tenemos las imbricadas relaciones entre ellos, cómo unos se desarrollan, se entrelazan y convierten en otros, por ejemplo, la soleá y la bulería, o los tientos y los tangos, en fin…

Para ilustrar toda esta inmensa red de palos, podemos citar el Árbol Genealógico del Cante, que aparece en el libro Geografía del Cante Jondo, de Domingo Manfredi, editado ya hace muchos años, o los más recientes mapeos de Faustino Núñez, modernos y completísimos.

4️⃣ Una de las más famosas cantaoras del flamenco

Decir “una de las más famosas cantaoras del flamenco” es abundar en lo imposible: la cantidad de cantaoras que han dejado huella en el mundo del cante flamenco es enorme, además de que una gran parte de ellas no han sido nunca registradas discográficamente. De las más antiguas no tenemos registros sonoros, aunque sí quedan ecos de cómo hacían ciertos cantes, usos, formas, letras… Además, en muchas ocasiones, fueron forjadoras de cantes que han permanecido hasta hoy en día. Por decir tan sólo algunos nombres de las cantaoras flamencas más importantes de la historia (sin orden ni concierto, antiguas y modernas, todas legendarias, la lista real sería interminable), mezclando cantaoras actuales con cantaoras flamencas antiguas, nombraremos a La Andonda -que nos legó cantes por soleá-, La Serneta, Fernanda de Utrera -considerada por muchos la mejor cantaora de soleares de todos los tiempos-, La Niña de los Peines, La Repompa de Málaga, Carmen Linares, Estrella Morente, Lole Montoya, Mayte Martín, La Perla de Cádiz, La Paquera de Jerez, Juana la del Revuelo, Rita la Cantaora, Remedios Amaya, La Macanita…

5️⃣ La importancia del uso de la cejilla al tocar flamenco

La «cejilla» es un aditamento movible y fijable donde convenga para darle a cada cantaor su tono. Se usa desde la última mitad del siglo XIX. Antes de su empleo, la guitarra sólo daba dos tonos al cantaor: Mi y La, o, dicho en lenguaje flamenco, «por arriba» y «por medio».

De Cádiz procedía Paquirri El Guante, un artista polifacético que tocaba la guitarra, cantaba y bailaba. Junto a José Patiño, divulgó el uso de la cejilla. Según José Manuel Gamboa, la adopción de la cejilla fue un paso fundamental en la consolidación del flamenco profesional. Como decía Ferandiere, se puede acompañar a la guitarra sin necesidad de cejilla, con un repertorio de acordes suficientes para armonizar cualquier melodía en cualquier tono, transportando los acordes. Sin embargo, tenemos el oído muy acostumbrado a su uso, que además resalta la brillantez tímbrica de los acordes con cejilla en los trastes altos. ¿Sabías que, al poner la cejilla y transportar a otra tonalidad, los guitarristas flamencos siguen llamando a la tonalidad por el mismo nombre, aunque estén en otra? Un ejemplo de esto lo podéis ver en este videotutorial. 

6️⃣ El uso de otros instrumentos no tradicionales en el flamenco

El flamenco (o como dicen por ahí fuera de España, “Flamenco Music”) como una unidad de “cante, guitarra y baile” es, como todos los estereotipos, algo a la vez real y ficticio. Nos explicamos: es cierto que el flamenco hunde sus raíces en el cante, con la guitarra flamenca como soporte de acompañamiento y el baile como expresión popular de esa música. También el acompañamiento de las palmas y los diversos zapateados, acentuando así la vertiente rítmica que tan cara le resulta al flamenco y tan específica en su conformación.

Siguiendo esta línea, podríamos encontrar los cantes más puros a “capella”, como las Tonás, los Martinetes (acompañados apenas del repiqueteo de un yunque en la herrería o dos piedras entrechocándose) o los cantes de Trilla.  Sin embargo, el flamenco ha ido introduciendo elementos instrumentales diversos desde principios del siglo XX, aunque no fuera hasta los años 70´, al albur de Paco de Lucía, Camarón y más adelante los “Nuevos Flamencos” nucleados en el sello Nuevos Medios de Pacheco, que la incorporación de instrumentos como la percusión, las cuerdas, los vientos y el piano comienzan a ser masivos. Nos gusta pues diferenciar dos etapas: la de principios del siglo XX, con experimentos como los de los saxofonistas “El Negro” Aquilino y Fernando Vilches, en los años 30´ y 40´, con gran éxito comercial, o los primeros pianos flamencos de Arturo Pavón (sobrino de Tomás Pavón y La Niña de los Peines) y José Romero Jiménez. La otra etapa sería ya a partir de los años 70´, con la riquísima aportación tímbrica del sexteto de Paco de Lucía y los experimentos de Camarón con La Leyenda del Tiempo, que incorporan sonoridades del rock y del jazz abriendo la puerta a una apertura tímbrica imparable que nos lleva hasta el día de hoy.

Reseñar de aquellos primeros momentos la Soleá al saxo de Pedro Iturralde y los ensanches instrumentales de las compañías de baile de los 80´, de donde provenimos los miembros de Camerata Flamenco Project que firman este post, con flauta flamenca, percusión, piano flamenco, cello flamenco y violín como principales aportaciones al elenco de guitarra y cante más cuerpo de baile, con sus castañuelas y sus palmeros. Correspondería un capítulo aparte a un seguimiento serio de la evolución de la guitarra flamenca -tanto de acompañamiento al cante (y al baile) como la más novedosa guitarra flamenca de concierto-, que tiene una profundidad y una complejidad dignas de estudio.

7️⃣ El Flamenco ya es universal. Estados Unidos y Japón

A día de hoy, ¿podemos decir que el flamenco es universal? Entendemos que aquí se dan varias paradojas. Es verdad que tiene una exposición que nunca había tenido antes, es cierto que hay flamenco en Japón, donde ha sido de consumo habitual y muy popular, también que hay festivales especializados y mucho flamenco en EE.UU. (como el de Monterrey y otros con mucho tirón), pero… ¿universal?

Pensamos que aún queda mucho recorrido para que el flamenco tenga el peso internacional y nacional que merece. Hay elementos internacionales muy importantes que movieron el flamenco por el mundo, especialmente, durante la oscura travesía cultural que implicó el franquismo en España. Así, en USA se establecieron la inmensa Carmen Amaya o el guitarrista Sabicas, o giraron ampliamente José Molina en Norteamérica o Antonio Gades -quien llevó el flamenco a los teatros- por todo el mundo desde los años 60´. ¡Y muchos otros! Antonio el Bailarín, los tablaos “El Flamenco” de Tokio y Osaka (donde estuvimos los miembros de Camerata Flamenco Project en los 90´), el Ballet de Cristina Hoyos o las itinerantes compañías de baile del Nuevo Ballet Español o Joaquín Cortés, entre otras muchas. A esto habría que sumarle el interés que el flamenco despertó en los años 60 en USA, de la mano de Gil Evans y Miles Davis (inolvidable La Saeta del disco Sketches from Spain, por ejemplo), inundando de armonías y melodías españolas el jazz que se abría paso a la modernidad.

Sin embargo, desde un punto de vista más anclado en la realidad, pensamos que aún queda mucho camino por recorrer, abriendo los festivales a la música flamenca en el exterior (no sólo a los productos más comerciales) y, especialmente, en el interior, llevando este increíble arte a todos los estamentos de nuestro país, donde a pesar de las apariencias, es aún el gran desconocido.

Por Ramiro Obedman, miembro de Camerata Flamenco Project. 

¡¡ENTRA!! y mira los programas de Camerata Flamenco Project sobre los tangos, la soleá o las cantiñas.