Ya sabíamos que está entre las mejores y, desde hoy, tiene ese título oficial. Rafaela Carrasco ha recibido el Premio Nacional de Danza 2023 de la mano del Ministerio de Cultura y Deporte.
Ha sido durante la jornada de hoy, 6 de septiembre, cuando la bailaora Rafaela Carrasco, en la modalidad de «creación», ha sido nombrada Premio Nacional de Danza. La otra bailarina galardonada es Melania Olcina dentro del apartado de «interpretación».
Las dos caras de este 2023 para la muy querida bailaora Rafaela Carrasco
Se lo merecía, sin lugar a dudas. Porque, ante todo, además de ser una gran profesional, es todavía mejor persona.
Desde estas líneas queremos felicitar a la bailaora que tantas emociones nos despierta con su danza. Este premio, según el mismo Ministerio, valora “la singularidad de sus creaciones y el haber marcado un discurso coreográfico dentro de la creación flamenca». Además, por ser «un referente actual, transmitiendo su particular estilo a las generaciones venideras”.
Su arte magistral ya tiene varios reconocimientos a lo largo de su trayectoria. Por ejemplo, varios premios Giraldillo y el Max a las Artes Escénicas.
Trayectoria profesional
La coreógrafa y bailaora Rafaela Carrasco nació en 1972 en Sevilla. Su formación ha estado vinculada a dos grandes maestros: Matilde Coral, de quien aprendió la disciplina, la técnica y la pasión por la danza, y Mario Maya, quien le ofreció su primera oportunidad profesional y con quien descubrió los escenarios.
Con 24 años, se instala en Madrid, donde compartiría escenario con Farruquito, Teresa Nieto, Amargo, Duquende, y muchas otras figuras de primer nivel.
En 2002, su espíritu inquieto le animó para montar su propia compañía, con la que ha estrenado obras de gran reconocimiento nacional e internacional. Además, entre 2013 y 2016, estuvo al frente del Ballet Flamenco de Andalucía.
Su visión
Su trayectoria profesional está marcada, desde sus comienzos, por la investigación de la danza y una particular visión del flamenco, absorbiendo conocimientos de otras disciplinas. No abandona la raíz del género, pero sí realiza un personalísimo camino de ida y vuelta en su vivencia y expresión del baile.
Todo ello lo traslada a su faceta docente. Ha trabajado como profesora en importantes escuelas, como la de Amor de Dios en Madrid, el Centro Flamenco de Estudios Escénicos de Granada y el Festival de Jerez. Imparte cursos internacionales y es profesora de metodología y didáctica del flamenco en el Conservatorio Superior de Danza de Madrid María de Ávila. En esa misma institución, ostenta el cargo de catedrática de Baile Flamenco. Como ella misma explica:
«Empecé a dar clases de sevillanas a los 12 años para poder pagarme la academia de danza y nunca he dejado de enseñar…»