Guitarristas flamencas: pocas… pero no cobardes

De guitarristas flamencas investiga y escribe la exprofesora de la Universidad de Sevilla Eulalia Pablo en un libro de 2009 llamado Mujeres guitarristas. En el repaso que realiza por esas tocaoras de flamenco (y de otros estilos) del XIX y del XX, destaca a Adela Cubas allá por 1900 entre las famosas solistas. También a cantaoras y bailaoras que se auto-acompañaban de su guitarra, como Mercedes La Serneta.

Según esta autora, el régimen franquista español convirtió eso de ser mujer flamenca en un «pecado capital» y el toque dejó de ser una opción femenina. 

Esta es una reflexión que comparten otros expertos e investigadores que han tratado este tema de las mujeres en el flamenco. Por ejemplo, el flamencólogo Norberto Torres en su libro Historia de la guitarra flamenca. El sucro, el ritmo y el compás, afirmando que la mujer guitarrista es más invisible ahora. O el investigador Josemi Lorenzo, de la Universidad Complutense de Madrid: «Desde el siglo XIX y hasta la Guerra Civil, hubo más tocaoras que hoy».  

El baile y el cante tampoco han sido terrenos fáciles para ellas, pero el de la guitarra, donde no hay cuerpo que mostrar, aún más. Además, este instrumento no tuvo un papel en solitario que fuese protagonista en el flamenco hasta, posiblemente, Paco de Lucía. 

Las mujeres tenían otros hándicaps añadidos: sociales, porque lo femenino era dar clásica; técnicas, ya que las mujeres tendrían algún tipo de problema corporal que les impede tañir las cuerdas flamencas, cuestión defendida por artistas de renombre; formativas, porque si ninguna escuela o conservatorio integra el flamenco como opción, difícilmente saldrán guitarristas de este género, ni de hombres ni de mujeres. 

Desde la guitarra clásica al Conservatorio Rafael Orozco de Córdoba

La falta de formación específica para el toque flamenco se va solucionando, pero muy poco a poco. Afecta a hombres y mujeres. Sin embargo, en el caso de la ellas, se une lo de que «mujer + guitarra=clásica». Por tanto, es lógico que muchas de las flamencas de hoy se iniciaran en conservatorios de ese tipo.  

Davinia Ballesteros (Málaga, 1982) da clases en una escuela muy prestigiosa en Cádiz. Es, según Ballesteros, la primera escuela de guitarra de la provincia de Cádiz que cuenta con profesores licenciados en guitarra flamenca y guitarra clásica, con la titulación universitaria de magisterio con la especialidad de música. Paco de Lucía, al que tuvo la suerte de conocer en persona, es su inspiración desde que decidió que el bajañí sería su profesión de niña. Es la primera malagueña licenciada en guitarra flamenca. Ha tocado y sigue tocando con y para grandísimas figuras, como Paco Cepero, Manolo Sanlúcar o La Susi. escuelaguitarrajerez.es

La Licenciatura en Guitarra Flamenca de Davinia es del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba. Este centro, el primero en ofrecer estudios superiores de flamenco en España desde 2004, es fundamental para la hornada de mujeres al toque. Y otra de ellas es Pilar Alonso, la primera profesora de guitarra flamenca en un centro oficial, el Conservatorio Ángel Barrios. 

Pilar Alonso (Baza, Granada), también se formó en guitarra clásica y también fue Paco de Lucía su inspiración flamenca. Lo suyo nunca ha sido deslumbrar como solista y sí la educación, donde, finalmente, está ejerciendo un papel relevante por la igualdad dentro del flamenco. Ha sido fundadora de grupos musicales como “Algedid”, “Brotes nuevos”, “Trajitoma” o «Alhaire»; tiene más de 200 obras estrenadas en su carrera y tres discos publicados. 

Laura González (Granada, 1980) toca en contadas ocasiones en los últimos tiempos y se dedica fundamentalmente a la docencia. Y por vocación, aunque aseguraba en una entrevista en El País: “Yo me he acabado dedicando a la docencia, pero me hubiera gustado dar bolos, tocar acompañando al cante y al baile». Es otra guitarrista flamenca por el Rafael Orozco y ha dado clases en el Conservatorio Profesional de Música de Córdoba y en su homólogo de Jaén. Ha sido habitual verla a dúo con otro tocaor, José Rojo, o en grabaciones de la peña El Mirabrás. Destaca por su sensibilidad, sentimiento y belleza en sus interpretaciones.

Cuenta con una grabación en directo con composiciones propias del año 2007. Porque, como casi todas las mujeres guitarristas dedicadas a lo jondo, está más que formada para componer… y lo que haga falta. 

De una generación más reciente es Alba Espert (1997, Jerez), pero igualmente preparadísima. De escuelas como la de José Luis Balao, con clases de Sanlúcar o aprendiendo de Pedro Serra en la actualidad, pasó por el Rafel Orozco para su grado superior. Además de haber obtenido una beca de la Fundación Cristina Heeren, no deja de formarse: «Mi sueño es llegar lo más lejos posible, aunque grabar un disco también es algo que los artistas tenemos muy presente». Y eso que lo de ser tocaora no sabe muy bien de dónde vino. Cuando con 8 años le pidió a su madre que le regalara una guitarra flamenca, fue puro instinto natural.   

A Alba se la puede disfrutar en peñas y festivales, sobre todo, acompañando, pero también ha tocado en solitario. Por ejemplo, en el Teatro Central de Sevilla o en el ciclo flamenco AIEnRuta. Reconoce que algunos aficionados se sorprenden de que al toque esté una mujer, pero son los menos. Para ella, como para otras muchas mujeres de su profesión, faltan referentes femeninos, «aunque Antonio Jiménez sí podría ser esa figura, como también Inma Morales o Davinia Ballesteros». 

Animamos a seguir la carrera de este talento natural que ya está dando mucho que hablar para bien… En su web tenéis su agenda de conciertos: Alba Espert Ruiz

El camino del «mejor juntas»

Mala Sangre se fundó en 2005 para llevar Andalucía y la rumba catalana a los escenarios. Un grupo divertido con la guitarra de Marta Robles, hoy en Las Migas, grupo ganador del Grammy 2022 al mejor álbum flamenco. Marta es otro ejemplo de sobradamente preparada: productora, editora, compositora, profesora, tocaora… Tiene el Master Solist Degree en guitarra flamenca en el Sweelinck Conservatorium de Ámsterdam y la titulación superior de guitarra flamenca por la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC).

Marta también formó el Dúo del Mar con Ekaterina Záytseva, guitarra clásica. Es un dúo de éxito, sobre todo, con el álbum Ritmos de Sabicas (2019). Con él, las dos han actuado ¡para los Rolling Stones!

El Grammy ha cambiado las cosas de esta guitarrista que aúna lo mejor de los dos mundos, lo clásico y el flamenco. Cuando declaró a La Razón en 2019: «Por ser mujer he preferido no meterme cien por cien en el mundo del flamenco», no imaginaba el éxito de Las Migas.

Su carrera es imparable con el grupo, pero sigue realizando colaboraciones y formando parte de proyectos en paralelo.     

Las chicas de Ripas fue el trío flamenco por el que apostó la francesa de padres españoles Elena San Román. Su maestro fue Arnaud Dumond y sus referentes Paco de Lucía y Camarón. Aunque empezó con lo clásico, fue justo Dumond el que la llevó hacia el flamenco. Estudió en Sevilla con una beca de la Fundación Cristina Heeren. Hoy, está inmersa en recitales propios, clases y conciertos junto a Dumond y Miguel Ángel Cortés. 

Mercedes Luján (Murcia, 1987) es, entre las guitarristas flamencas actuales, no solo una gran virtuosa, sino una luchadora por la igualdad. Además de en solitario, toca a dúo con Kamal Musallam, colabora con la «Orquesta Firdaus», totalmente femenina, y es la compositora y fundadora para un grupo solo de mujeres. 

Proviene de una familia artística, la cantante Rosa Maria Luján y el locutor de radio Luis Terry. Comenzó su formación de la mano de su abuelo paterno, el guitarrista jerezano “Maestro Palmita”. A pesar de su juventud, Luján ha acompañado a muchos de los cantaores más destacados del flamenco, como Rocío Márquez, Sorderita, Pedro El Granaíno, Perlita de Huelva o Juan Valderrama. 

Ha actuado en los mejores escenarios de España y el extranjero, como el Teatro Romea, el Teatro Guerra, el Teatro Lodz en Polonia, y en festivales de prestigio como el Festival Internacional de Guitarra de Granada. 

​Su toque se define por una extrema delicadeza en su técnica y un estilo muy clásico, con ecos de Morón, Melchor y Jerez.

Pioneras de ayer, referentes de hoy

Por su trayectoria, Celia Morales (Málaga, 1972) está entre las pioneras de actual toque femenino. Es Miembro de la Cátedra de Flamencología de Cádiz desde 2006 y profesora titulada por el Conservatorio Superior de Música de Málaga. Tiene en común con otras guitarristas ya mencionadas en este artículo su formación clásica inicial, que Paco de Lucía es una de sus inspiraciones y que hoy se dedica a la docencia, además de a su carrera como tocaora. 

Ha compuesto, ha acompañado a grandes del baile y el cante, ha dirigido su propia escuela en Ronda y sigue en activo como el primer día, llevando de bandera la esencia y pureza del flamenco.  

Antonia Jiménez (Cádiz, 1972) es la guitarrista flamenca más prestigiosa del momento. Es ese referente femenino que muchas artistas aseguran que ha faltado en el ámbito de las tocaoras. Por muchas razones. 

Comenzó su trayectoria directamente en el flamenco sin ningún apoyo familiar: “Ni de mi padre, ni de mi madre. Todos en mi entorno decían que estaba loca”. Acompañaba a Antonio Villar por los
tablaos y peñas andaluzas, ganando sus primeras pesetas con 14 años. Cuando cumplió la mayoría de edad, se independizó y se trasladó a Madrid. Fue la única niña estudiando guitarra flamenca y sería la única tocando en los tablaos y las salas de la capital. 

Ha acompañado a Olga Pericet o Manuel Liñán. En el caso del cante, a Carmen Linares y Rocío Márquez. También ha sido parte de compañías como Arrieritos y Nuevo Ballet Español. Siguió formándose y menciona con especial cariño a Manuel Vargas, su gran maestro. 

Su andadura como concertista de guitarra solista se inicia en 2009. Interpreta sus propios temas, con varios premios por ello. Acude al Festival de Jerez, Suma Flamenca Madrid, International Guitar Festival Sundsvall, CUNY Segal Theater Nueva York, Guitar Summit London Guitar Festival 2018, Festival de Nimes 2020… y a un largo etcétera.

Con Marta Robles participa en Dos Tocaoras, su propia producción flamenca, con claro mensaje reivindicativo sobre el papel femenino en este ámbito. Su camino ha sido duro por ser mujer, y hubo un momento en que casi tira la toalla. Un trabajo en Japón con Marco Flores evitó una decisión que nos hubiera dejado sin una guitarrista imprescindible.

«Creo que la razón por la que no hay muchas tocaoras es la consecuencia de 40 años de dictadura en España (…) Veo que hay una generación de chicas jóvenes que están tocando la guitarra muy bien y que vienen muy fuertes», aseguraba a la revista Fortune. «Al igual que la sociedad global, la gente está empezando a tomar conciencia de la necesidad de igualdad de trato para todos. Va muy lento, pero avanza».