En este vídeo, las fiestas flamencas se explican sin el halo de leyenda que a veces las rodea. ¿Compromiso laboral? ¿Una gran juerga? Expertos músicos nos dan las claves de manera sencilla para entender qué define a estas fiestas.
Según estos expertos, las fiestas flamencas son una parte del trabajo de muchos artistas. Se puede ver reflejado en la época de las fiestas privadas de los cafés cantantes de la segunda mitad del XIX. Por cierto, que perduraron en el siglo XX. La situación era esta: unos aficionados al cante reunidos en cuartos privados de esos cafés y, más tarde, de los tablaos, pagaban a artistas por sus recitales de cante y baile.
Esto se convertía en toda una fiesta con sus bondades y sus maldades. De ello vivían muchos flamencos mientras esperaban su gran oportunidad. Camarón de la Isla era muy solicitado, por ejemplo, en las fiestas flamencas de la famosísima Venta de Vargas (San Fernando, Cádiz).
El libro El cante de cuartito. El flamenco en la Alameda de Hércules, es un trabajo de investigación de la periodista Dolores Pantoja Guerrero, analiza este asunto de las fiestas flamencas pero en esa zona de Sevilla. En cuartitos íntimos, entre señoritos y prostitutas, pudieron actuar en sus orígenes La Macarrona, La Niña de los Peines, Caracol, Pepe Marchena o Antonio Mairena. Al fin y al cabo, había que comer.
Las fiestas fuera de este ámbito laboral, los jaleos o juergas, ya eran por placer, y eran y son otra cosa.