La bulería no ha sido sido siempre un palo flamenco bien considerado por su carácter fiestero, pero con Entre dos aguas, de Paco de Lucía, cobró una relevancia brutal. 

Bulería el palo más alegre

Las bulerías aparecen hacia finales del siglo XIX, y su núcleo fundacional se ubica en Jerez de la Frontera, provincia de Cádiz, más en concreto, en el barrio de Santiago. Algunos flamencólogos, como Juan Vergillos, señalan al cantaor El Loco Mateo como «inventor» de la bulería a partir de la soleá; Luis López Ruiz, flamencólogo, asegura que los gitanos de Jerez «son sus supremos portadores». No es casualidad que en Jerez lleve más de 50 años celebrándose la Fiesta de la Bulería. 

Más datos: otros lugares relacionados con el nacimiento de la bulería son Utrera y Cádiz, y se da por la primera grabada a la de Pastora Pavón en el año 1910. 

Esa relación entre la soleá y la bulería ha dado y dará un gran campo de estudio y debate pero, lo que parece muy claro es que la bulería estaba apareció en entornos de fiesta y algarabía. Es más, a la bulerías se les llamaban chuflas o cantes por fiesta y no eran consideradas como un estilo flamenco, o al menos, no tan enraizado en lo jondo. La Niña de los Peines o Manuel Vallejo, Camarón y Paco de Lucía, convirtieron a la bulería en uno de los palos más famosos y reconocibles.

La teoría más aceptada es que las bulerías provienen del cante por soleá, del cual ha heredado su compás de doce tiempos, pero con un ritmo más rápido y ligero.

El compás por bulería

La característica más notable del compás por bulerías es su estructura de doce tiempos (4 compases ternarios), una de las más complicadas. Otra característica de este palo es que admite improvisaciones métricas y musicales de todo tipo, una diversidad que es necesaria para provocar su carácter alegre, divertido y espontáneo, aunque, por lo general, la copla es de tres o cuatro versos octosílabos. 

Al principio, se interpretaba en compás de 3/4 o 3/8 debido a su velocidad ligera, como queda patente en las grabaciones más antiguas. Su acompañamiento es, casi en un perfecto matrimonio, con la guitarra.

Debido a la flexibilidad de este cante, cuando se baila bulerías festeras se recomienda llevar la palma a seis tiempos  

La bulería tiene uno de los estilos más variables y está en continua evolución. Por ejemplo, se pueden encontrar algunas bulerías que se interpretan en tono menor, llamadas “cuplés por bulerías”, que suelen ser adaptaciones de temas populares a este ritmo. 

Los artistas de las bulerías 

Generalmente, la figura del cantaor por bulerías siempre ha sido de etnia gitana, pero hay un caso excepcional, como es el de Manuel Vallejo, un maestro de la bulería, que podría incluirse en el grupo formado por los grandes intérpretes de la bulería como el Niño Gloria, La Pompi, Pastora Pavón, Tomás Pavón, María La Moreno…, o artistas más recientes como Fernando Terremoto, El Borrico, La Paquera, Sernita, La Perla de Cádiz o Pericón.

Un estilo, muchos estilos

Ese carácter y origen tan «festero» permite que la bulería se desarrolle hacia un lado u otro sin mucho complejo. Para muchos expertos, un aspecto que las hace realmente interesantes. Paco de Lucía lo pensó así y trabajó mucho sobre este estilo. Míticas son sus grabaciones de los 70 al respecto. 

Bulería es un estilo y muchos a la vez. Las hay por soleá (ya comentamos que parece ser su prigen de raíz), más «serias»; las de Cádiz, relacionadas con las cantiñas; las extremeñas, al estilo de los jaleos; las de Triana, de las que Pastora Pavón (La Niña de los Peines) es la reina; o las de Lebrija, Morón y Utrera, cuyo estilo es más pausado y grave. 

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