CAMARÓN EN EL CINE. Por Carlos Rey

Sep 18, 2025

A lo largo del siglo XX, el cine español ha sido un espejo cambiante de su sociedad, y el flamenco, con su hondura y carisma, ha logrado irrumpir en la gran pantalla de formas muy diversas. Mientras que figuras como Lola Flores o Manolo Caracol construyeron trayectorias cinematográficas paralelas a sus carreras artísticas, Camarón de […]

A lo largo del siglo XX, el cine español ha sido un espejo cambiante de su sociedad, y el flamenco, con su hondura y carisma, ha logrado irrumpir en la gran pantalla de formas muy diversas. Mientras que figuras como Lola Flores o Manolo Caracol construyeron trayectorias cinematográficas paralelas a sus carreras artísticas, Camarón de la Isla —símbolo de modernidad y duende— mantuvo una relación más discreta pero profundamente simbólica con el séptimo arte.

En este artículo, el investigador y escritor Carlos Rey rastrea con precisión las escasas pero significativas apariciones de Camarón en el cine, desde su fugaz debut como extra adolescente en El amor brujo de Rovira Beleta, hasta su inolvidable colaboración con Carlos Saura en Sevillanas, pasando por la película Casa Flora o el biopic dirigido por Jaime Chávarri. Además, se exploran obras que, sin contar con la presencia física del cantaor, giran en torno a su mito, como La leyenda del tiempo de Isaki Lacuesta.

Una lectura imprescindible para quienes desean comprender cómo la figura de Camarón ha trascendido lo musical para convertirse en símbolo visual y narrativo del flamenco contemporáneo.

CAMARON EN EL CINE. Por Carlos Rey. Articulo cedido por Revista La Fragua.

Una figura recurrente en la España de postguerra fue la tonadillera, que, junto al torero, formaban una pareja idílica. La copla y el toreo eran dos valores en alza que los directores de cine de la época tuvieron mucho en cuenta. El flamenco también estaba presente, aunque quizás sólo se exhibía su lado más folclórico. Son conocidas las incursiones en el cine de uno de los grandes del flamenco, Manolo Caracol, que junto a Lola Flores hizo más de una película y dejó para siempre esa interpretación de Carcelero detrás de las rejas de un calabozo. Ya en 1927 doña Concha Piquer se estrenó en el cine con El negro que tenía el alma blanca, y Lola Flores hizo Morena Clara en 1954.

No fue ese el caso de Camarón, que aunque representa a otra época grande del flamenco, no podemos decir que paralelamente a su carrera discográfica tuviera una cinematográfica.  Aunque algo sí hizo, pero poco.

La primera vez que José Monje participa en el cine, lo hace de extra. Fue en la película de Rovira Beleta El Amor Brujo en 1967. Camarón tenía entonces diecisiete años, aunque según algunas fuentes, la película se rodó dos años antes, lo que situaría al de La Isla con quince años. Se trata de un importante largometraje, protagonizado por Antonio Gades y la Polaca, que optó al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.  Parte del rodaje se hizo en Cádiz y en San Fernando. Por la temática, hacían falta muchos extras gitanos y vinieron de tos los rincones de la Bahía. De Chiclana estuvo el Cojo Farina y María la Paquera, entre otros. Cuenta Alonso Núñez Heredia (hijo del Cojo Farina), que los productores le gastaron una broma a su padre. Lo citaron en Cádiz y le dijeron que se tenía que presentar al día siguiente con cinco gitanos con bigote y bastón para grabar una escena. Al día siguiente, Farina llegó con los cincos gitanos, y los productores no pararon de reírse.

Juan Carrasco, un gitano corpulento emparentado con la gente de la Venta Vargas, también hizo de extra. Recuerda a Camarón entusiasmado con todo el trajín de la grabación y con la ilusión de salir e n algunos planos. Finalmente salió en varios y además claramente. Nos cuenta Carrasco, que cobraban entre 60 y 80 pesetas al día y que para los gitanillos de la época fue inolvidable. Grabaron en el muelle de Cádiz, en Santibáñez y en La Isla en la Venta San Lorenzo, cerrada en la actualidad. Camarón apareció como guitarrista.

En 1973, Camarón participa en la película de Ramón Fernández Casa Flora. El reparto era bastante importante: Estrellita Castro, Lola Flores, Arturo Fernández, Carlos Larrañaga y otras estrellas del momento. Aquí ya no hace de extra, sino que tiene un pequeño papel, el de un ladrón de poca monta que después de robar una joyería, se pasea en moto junto con su colega de fechoría por las calles de Madrid cantando El Serenito. Este tema de Rafael León y Juan Solano se hizo muy popular y sonaba frecuentemente en las emisoras de radio. En el libro La Chispa de Camarón, la Chispa, su viuda, recuerda cómo a raíz de esa escena cantando en moto en Casa Flora, Camarón se hace famoso fuera del ámbito flamenco. Como anécdota, contar que las frases que Camarón pronuncia en la película están dobladas. Obviamente, no es así en el caso de la canción.

Aunque nos consta que la participación en el cine fue una experiencia agradable para José, no volvió a la gran pantalla hasta poco antes de morir. En el año 1992 grabó las sevillanas Pa qué me llamas en la película del director Carlos Saura Sevillanas. Se trata de una composición exquisita de Isidro Muñoz y José Miguel Évora, dirigida por el guitarrista Manolo Sanlúcar. La guinda la puso con el baile, su madrina de boda, Manuela Carrasco.

Pero no quedó ahí la aventura cinematográfica de Camarón. Sin su presencia física, el mito no hizo más que crecer, y como no podía ser de otra manera, su figura inspiró y sigue inspirando a los amantes del séptimo arte.

El que fuera Concha de Oro en 2011, Isaki Lacuesta, graba en 2005 la película La Leyenda del Tiempo. No podemos decir que se trate de una cinta sobre Camarón, pero obviamente está ideada pensando en su figura, y no solo porque comparta título con el mítico disco del 79, sino porque el halo de su imagen está presente en toda la obra. La trama narra dos historias en paralelo. Por una parte, la de un gitanillo nacido en La Isla en 1992 al que le acaban de matar al padre. Él puede cantar, pero no quiere por la pena y el luto. Por otra parte, la japonesa Maliko, que viaja a La Isla para ver donde nació el mito y para aprender a cantar como él. Quiere cantar, pero no puede. Israel y Cheíto Gómez, dos gitanillos de La Isla, del barrio de la Casería, que no eran actores profesionales y que en realidad son hermanos, protagonizaron esta película. Tanto en el reparto como entre los extras, había muchos cañaíllas. Entre ellos Jesús Monje, Pijote, hermano de Camarón, que hace una secuencia en la Peña de Camarón dándole clase a Maliko interpretando las cartageneras del Pícaro Tartanero.

Yo mismo participé en la banda sonora de esta película con la canción Playita de la Casería, que compuse en el año 2000, junto a mi amigo Juan A. Iglesias “Trysko”. La cantó Pilar “La Mónica”, vocalista del grupo EA!. En los créditos se puede ver a Raimundo Amador, Montse Cortés, Carles Benavent, Joan Albert Amargós, Jorge Pardo y Rubén Dantas tocando en una Jam Sesion versionando el tema de La Leyenda del Tiempo.

La vida de Camarón fue llevada al cine en el año 2005, por el director Jaime Chavarri. El filme cuenta la vida del cantaor desde su niñez hasta su vuelta de EE. UU con la suerte ya echada. Con un guion manifiestamente mejorable, el actor Oscar Jaenada borda la interpretación del gitano, en las poses, en la forma de cantar y hasta en la manera de coger el cigarro, genial. Gran parte de la película se grabó en La Isla. Cuenta José Reyes, funcionario del Área de Cultura, que fueron numerosas las localizaciones. En la playa de Camposoto se rodaron las imágenes de Camarón con el caballo y en la que se junta con la Chispa y sus primas. La juerga en que aparece Manolo Caracol, es el interior de un patio de la Casería, y las afueras del colegio del Liceo se trata en realidad de la puerta de Las Capuchinas. Sí se grabaron en el interior del Liceo las imágenes finales, cuando se oye La Nana del Caballo Grande. Los alrededores del puente Zuazo salen en la escena de Camarón dentro del coche con la Chispa y su prima, y la zona donde se ubicaba antiguamente la grúa de la fábrica San Carlos. Camarón está con su amigo charlando y mirando al agua. La calle que lo vio nacer, también está en varias tomas, al igual que el cementerio. Cuenta José Reyes, que el rodaje del amanecer con las campanadas de la Iglesia Mayor de fondo, se grabó a las siete de la mañana, y fueron muchos los vecinos los que se quejaron.

La última aportación al celuloide por ahora sobre el genio, ha sido Tiempo de Leyenda, de José Sánchez Montes, un documental que se rodó en 2009 para conmemorar el treinta aniversario del disco La Leyenda del Tiempo. En él se recogen momentos de los ensayos previos a la grabación del disco, testimonios de los participantes en el proyecto, como Ricardo Pachón, los músicos que participación en la grabación o gente, como Juan “El Cama”, que se encargaba de la logística en general. La imagen de Camarón aparece con frecuencia. Se le ve trabajando con el resto de los músicos en el proceso creativo de lo que después sería su trabajo más conocido. La cinta permite apreciar el cambio que experimentan las canciones desde que se crean hasta que se graban, como es el caso del Homenaje a Federico, donde se distingue el esqueleto de la canción cantándola el gran Kiko Veneno, y después cómo la registró en el estudio Camarón para la eternidad.

Una personalidad un artista como José Monje Cruz da para esto y para mucho más. Su imagen, su vida y su obra seguirán inspirando a nuevas generaciones de creadores. Camarón, más que una fuente, es un manantial.

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