La noche de Halloween de este año quedará en el recuerdo de muchos aficionados al cante, aunque no por disfraces ni sustos. Un homenaje a Juanito Villar en el Palacio de Congresos de Cádiz ha puesto en pie al público y ha dejado potente la altura de este artista de los palos locales.  

Juanito Villar. Fiesta de la Parpuja

Ya lo habíamos anunciado: Juanito Villar ha recibido un homenaje en Cádiz por todo lo alto. Rancapino Chico, Caracolillo de Cádiz o Antonio Canales han estado sobre el escenario dando su mejor arte para este cantaor gaditano que ha compartido momentos inolvidables con figuras como Camarón de la Isla. Pero no solamente.

A lo largo de su carrera ha estado en Japón con el bailaor José Miguel, Blanca del Rey, Yoko Komatsubara (embajadora del flamenco en Japón), y los guitarristas Víctor Monje Serranito y Curro de Jerez, hijo del «Sernita».

Ha realizado giras en el extranjero con Paco Cepero, recorriendo Alemania, Francia (donde participó en el Festival de Cante Flamenco de París) y Holanda, entre otras ciudades europeas.

Ahora le toca recoger, festival tras festival, en su Peña Flamenca Juanito Villar o en este Palacio de Congresos, esos homenajes a una carrera exitosa y muy «currada»… Así lo resume una conferencia de Antonio Barberán.

Un recorrido por la vida de Juanito Villar

Juanito Villar (Cádiz, 1947), en sus primeros pasos en el mundo artístico, se hacía llamar «Juanito el de La Jineta». A los 14 años, «Caracol de Cádiz» lo llevó a cantar por primera vez en el Balneario de la Palma, el Cortijo de los Rosales y muchas fiestas privadas en Cádiz.

A los 18 años, se unió al grupo flamenco de la sección femenina con los guitarristas Pepe Ruso, Santi y José Herrera.

Después de cumplir el servicio militar, fue contratado para la inauguración del Tablao de Cádiz, en un evento en el que participaron «Los Gitanillos de Cádiz», el mismo Juan Villar y el guitarrista «Niño de los Rizos».

Aterrizaje en Madrid

De la mano de Lorena, aficionado al flamenco pero relacionado con el mundo del toro, dio el salto a Madrid a probar suerte. Conectó con Francisco Manzano Heredia «Faíco», un talentoso bailaor flamenco madrileño de la familia de los «Pelaos». Su primer tablao en Madrid fue el legendario «Villa Rosa», gracias a la intervención de Amina, gaditana criada en Marruecos e hija del guitarrista Juan el Ciego.

Durante ese tiempo, alternó sus actuaciones en el cuadro de Villa Rosa con presentaciones esporádicas en «Las Cotorritas de Filipinas» de Valderrama y con las agrupaciones carnavalescas gaditanas que estaban de gira en Madrid en esa época. 

No es inusual que un cantaor participe en el carnaval, lo hicieron Camarón, Pericón, Juan Silva, Niño de la Leo, Adela la Chaqueta y muchos otros artistas flamencos.

Se recuerda una anécdota de cuando Juan tenía 13 o 14 años, un autor carnavalesco del barrio de La Viña lo expulsó de su agrupación alegando que no sabía cantar. Afortunadamente, no pudo estar más equivocado. 

Juanito Villar en la Bienal de Cádiz

Rey de los tablaos

En los años 70, Juan residió en el barrio de Tirso de Molina en Madrid, donde se alojaban la mayoría de los flamencos que trabajaban en la capital.

Hay que recordar que, por esa época, había una generación incomparable de cantaores que pronto se convertirían en las figuras destacadas del flamenco, como José Mercé, Pansequito, Camarón, Lebrijano, Paco Cepero, Paco de Lucía y su hermano Ramón de Algeciras, Turronero, Chiquetete, entre otros.

En 1972, grabó su primer disco con la casa Triumph (también con Polygram) con la guitarra de Ramón de Algeciras. Además, había grabado con el padre de Paco, «El Chato de la Isla», y «Juan Cantero», entre otros.

También trabajó en el Tablao de «Los Canasteros» propiedad de Manolo Caracol. Allí cantó para el baile de Manuela Carrasco, mientras continuaba actuando como artista principal en los festivales más importantes de España. Existe un documental de esa época que muestra a un joven Juan Villar cantando para la renombrada bailaora.

Una crónica de la I Semana Cultural del Flamenco en Sevilla en 1974 le predijo un gran futuro, y no se equivocó. Juan comenzó una exitosa carrera artística en la que fue solicitado como primera figura en todos los principales festivales de España.