Las zambras son un baile fruto de la convivencia de varias culturas, pero en su origen, era también llamado así el escenario: las fabulosas cuevas del Sacromonte granadino, llenas de una magia especial.
Las zambras son una danza flamenca muy característica que forma parte de la tradición de la Andalucía oriental, concretamente, de las provincias de Almería y Granada. El término procede del vocablo árabe zamr, que significa tocata.
Al principio de su aparición, por zambras se entendía tanto el lugar donde se desarrollaban los bailes como la danza en sí. Y ese lugar son las cuevas de barrio del Sacromonte.
Las cuevas del Sacromonte
Se cree que fue en el interior de las cuevas del Sacromonte, lugar de viviendas de los gitanos granadinos, donde nació este arte como producto del encuentro de las culturas gitana y morisca. Durante las diferentes persecuciones que sufrieron tras la conquista del reino nazarí por los Reyes Católicos, ambos pueblos se identificaron con los mismos males, tomaron contacto y, con el tiempo, los elementos culturales de ambas comunidades se fueron mezclando hasta fusionarse en esta danza tan particular.
El origen de estas cuevas o casas excavadas en las rocas está en esa migración forzosa de s. XVI a la que ya hemos mencionado que se vieron forzados árabes y judíos desde Granada capital, sumándose una pequeña población de nómadas gitanos. Esos espacios eran soluciones de vivienda en esta parte de la sierra granadina, que es el sitio al que las autoridades les habían relegado.
La Inquisición prohibe las zambras
Común en las bodas gitanas, la zambra recuerda en muchos aspectos a la sensual danza del vientre. Se practica con los pies descalzos, vistiendo una blusa anudada por debajo del pecho y una falda larga de pliegues amplios, lo que produce en la bailaora el efecto de estar flotando en el aire.
A pesar de prohibirse en el siglo XVI por la famosa Inquisición, las zambras lograron sobrevivir al veto religioso y la comunidad gitana las continuó bailando en clandestinidad.
Fue a partir del siglo XIX, gracias a los escritos de viajeros románticos como Washington Irving, que se dieron a conocer por todo el mundo. Y fue también entonces que las zambras y el flamenco se dignificaron y las cuevas se convirtieron en todo un símbolo de la cultura andaluza.
Las zambras, las cuevas y los espectáculos para turistas
Lo que hoy se conserva como zambra, es un baile integrado a su vez por otros tres: la alboreá, la cachucha y la mosca, que simbolizan diferentes momentos de una boda gitana. Este baile se acompaña por un cante y un toque monótonos, típico de los palos de fuerte raíz folclórica.
Los gitanos aprovecharon el interés que suscitó esta danza cuando se conoció internacionalmente para realizar actuaciones en las cuevas, donde siguen habitando y celebrando sus zambras en la intimidad, pero también donde ofrecen espectáculos para visitantes y turistas. Manolo Caracol hizo célebre un estilo muy personal al que llamó zambra, pero que nada tiene que ver con la original.
Vive el baile de una zambra
El espectáculo de Paula Sierra, Flamenco Puro, refleja su amor por el flamenco clásico. Como acompañamiento, los músicos incluyen el chelo y el violín. La zambra es uno de los palos que interpreta, pero hay muchos más. Y todos lo tienes en ALL FLAMENCO.