Tomarte una caña o una tapa en un ambiente flamenco no tiene por qué pasar por un tablao necesariamente. Estos bares flamencos son muy buenas opciones para disfrutar de tu música favorita de manera informal. ¿Te apuntas?
1. Bodegas Alfaro
C. del Ave María, 10. Madrid
Comenzamos por esta taberna con más de 100 años de historia por la que pasaban (y siguen pasando) artistas del flamenco a tomarse un respiro de su agenda. Su dueño, jerezano apasionado de este arte, tiene talento para elegir lo que suena en el local.
2. San Román
Plaza Puerta Cerrada, 7. Madrid
Es un bar súper pequeño, de alrededor de 15 metros cuadrados, que está en manos de un apasionado del flamenco, Vicente, con muchas historias que contar de la noche madrileña y el artisteo. Se puede tapear un poco de embutido y salmorejo, pero no tiene cocina. Lo que sí tiene es un sonido a Andalucía muy auténtico. Por cierto, esta taberna flamenca tiene un segundo nombre: Al Vicente.
3. La Fuenseca
C/Juan Rufo, 20. Córdoba
La taberna Fuenseca es un clásico del flamenco en Córdoba (¡180 años de vida!), lugar donde puedes encontrarte fácilmente con algún artista de renombre, jóvenes promesas, escritores, pintores… Sitio de reuniones y tertulias, de momentos de guitarra y cante, de exposiciones; aquí se reúne la peña que hace honor a Merengue de Córdoba. Los vinos andaluces son su especialidad y sus tapas muy de la gastronomía local.
4. Bar Provincias
Calle Provincias, 4. Granada
Entre los bares flamencos, este es un clásico para los granainos, porque es uno de «los de toda la vida». Se inauguró en 1945 en un callejón entre dos de las plazas más bonitas de la ciudad, la de la Catedral y la Bib-Rambla. Sus paredes están llenas de recuerdos de artistas flamencos, especialmente, de Enrique Morente. Y este es un tipo de público que sigue acudiendo a tapear a este local. Imprescindible probar su fritura de pescaíto bien regada con cerveza o las migas andaluzas.
5. Caragato
Plaza de la Paz. Vejer de la Frontera. Cádiz
Esta taberna gaditana ofrece flamenco a todas horas, ya sea en directo (y, a veces, sin previo aviso), como en la banda sonora que inunda el local. Son unos auténticos aficionados a Camarón de la Isla. Los salazones, el atún y las tostas están entre sus especialidades, así como su buen surtido de vinos de Jerez.