Acompáñanos a la cuna del flamenco, a la mágica Andalucía, a través de sitios únicos y llenos de duende para empaparte y sentir el flamenco que te gusta como nunca.
Empaparse de flamenco auténtico es posible en su cuna, en Andalucía, en sitios de esos que, alejados del turismo masificado, conservan la esencia del cante, el toque y el baile de este género artístico.
Empaparse de esas emociones y ritmos que rodean el nacimiento del arte español por excelencia, es una experiencia que hará feliz a cualquier aficionado. Así que… ¡date una alegría! Mejor dicho, 20… Las que te ofrecen estos lugares auténticos de Andalucía que te proponemos. (Y no se los cuentes a demasiada gente… Serán nuestro secreto).
Donde se “encierran” los flamencos: Torrox
A esta población de Málaga, se “escapan” los artistas flamencos para crear, compartir entre ellos y dar rienda suelta a su talento. El Ayuntamiento de Torrox se ha unido al Flamenco Festival y a la Fundación Concienciarte para ofrecer alojamiento rural para dar paz a los artistas y un espacio de trabajo en el Teatro Municipal. Es lo que se conoce como residencias.
Manuel Liñán, ejemplo de un flamenco auténtico, creó en este ambiente de Torrox “Amor, Amado, Amén”. Él y otros artistas actúan para el pueblo y sus visitantes aprovechando estas residencias. Este vídeo es un ejemplo de esa creatividad que surge en el teatro de Torrox.
Así que, paseando por ese entorno creativo, te encontrarás a grandes figuras del flamenco por la calle o en los bares. O en las playas, porque dicen que en Torrox se encuentra “el mejor tiempo de Europa”. Demostrado científicamente.
Además, si vas este otoño o en navidades, podrás darte más alegrías en toda regla. El domingo previo a la festividad de Navidad, junto al Mercadillo de la Almazara, se preparan y se reparten migas, que se ofrecen a todos los habitantes y visitantes que se acercan a Torrox. Un vaso de vino y una ensalada arriera acompañan la comida, que se desarrolla en un magnífico ambiente festivo. Después, la música y el baile continúan en la Plaza de la Constitución. Esta cita está declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
Durante las semanas anteriores, tienen lugar diversos actos culturales y actividades lúdicas, como el Concurso de Vino del Terreno. No faltan las pandas de verdiales, ni la música de la banda municipal y otras bandas invitadas a participar en las fiestas.
El auténtico flamenco está en las peñas (a la antigua…)
Las peñas flamencas son el resultado de aficionados y amantes del flamenco que se juntan para estudiarlo, aupar a nuevos artistas y, sobre todo, compartir esta pasión. Las más antiguas son la de Juan Breva y la Platería, en Málaga y Granada, respectivamente. Así que son visita obligada…
En el marco del circuito que promueve recitales de talentos en ciernes por las peñas de Andalucía (y que son gratuitos), estos meses otoñales se llenan de flamenco para compartir con el público local y de todo el mundo.
Con una copita de Jerez y una tapa de jamón, al lado de lugareños entendidos en sus palos flamencos, se disfruta del momento mucho mejor. Y se hacen amigos.
Palos como los fandangos de Huelva, donde, hasta el 23 de noviembre, sus peñas ponen todo su esfuerzo en celebrar flamenco que preserve este palo. Si estás por allí, te dejamos su cartel:
Pero te vamos a dar otra dirección, la de la íntima y alegre Peña Juanito Villar, dedicada, como ya imaginas, a Juan Villar, un cantaor excepcional que es una leyenda viva del flamenco tradicional. Está en Cádiz, claro, de donde Juan Villar saca sus cantes y sus alegrías y tangos.
Lo que más destaca de este lugar es que está bajo una bóveda antigua, muy tradicional. Como está al lado de la playa, a unos 12 metros, date la pequeña alegría de pasear por la zona hasta llegar a esta peña que es muy conocida por su bar y sus raciones. Las frituras las bordan.
Y si ya hablamos de la esencia flamenca, hay que saber que las actuaciones sobre su escenario son de mucho nivel. Si visitas esta peña, estarás muy acompañado de artistas, flamencólogos y expertos en este arte. Y es muy posible que te encuentres con el mismo Juan Villar, que va mucho por allí.
Si te gusta Juan Villar, no te pierdas el homenaje que le hacen en su tierra gaditana el 31 de octubre, patrocinado por la Junta de Andalucía y que ALL FLAMENCO estrenará en su canal.
Con tus manos: toca una guitarra flamenca artesana
Maestros artesanos de la guitarra flamenca quedan contados con las manos. Es una profesión en extinción. Sus guitarras, obras de arte, también. Se venden, por tanto, a precio de oro. Pero su sonido es increíble, único. Tocar una de ellas se va a convertir en uno de tus pequeños momentos de felicidad para toda tu vida.
Córdoba tiene a uno de los últimos luthiers, José Rodríguez Peña, al que la Junta de Andalucía le ha otorgado recientemente la carta de maestro artesano. Su taller está abierto, es pequeñito, huele a madera flamenca… Entra y saluda a este guitarrero amable y con muchas historias que contar.
Pero es Almería a dónde hay que ir si tienes poco tiempo para viajes. Allí es casi obligado darte un momento feliz en el taller del hijo del maestro del siglo XX en guitarras flamencas, Gerundino. De sus manos delicadas salían guitarras para grandes como Paco de Lucía, y con su hijo, se sigue la tradición.
No tuvo tanta suerte Antonio de Torres, el creador de la guitarra española moderna, tanto clásica como flamenca. Su biznieto, Juan Francisco Salvador, fue el único que siguió su oficio, pero murió a una edad temprana y ya nadie sigue la estela de este gran hombre.
Amantes del flamenco, de la música en general, de coleccionistas, de la viuda del biznieto… han ayudado a dos sitios imprescindibles si te gusta el toque: el Museo de la Guitarra (entrada de unos 2 euros) y la casa de Antonio de Torres, hoy un museo de con sus piezas, su taller, sus secretos… Y su entrada es gratuita.
Antonio construyó guitarras para Julián Arcas, uno de los pioneros del toque flamenco y creador de las rondeñas, entre otras composiciones flamencas.
Falla o Tárrega también adoraban sus creaciones. De su vida, como aperitivo, da cuenta este vídeo.
Experimenta el flamenco en «sus barrios»
El flamenco nació en el pueblo llano, por eso, hay que vivir con esas gentes el pellizco de su alma. Dos barrios son fundamentales para impregnarse de auténtico arte andaluz: Triana, en Sevilla, y Santiago, en Jerez. Hay más, claro, como El Perchel, en Córdoba.
Nosotros, sin embargo, si solo tenemos una opción, preferimos pasear por La Bajadilla algecireña, el barrio de Paco de Lucía, el que inspiró su música. Sus lugares son recordados en temas como “Entre Dos Aguas”, “Almoraima, o “Río de la miel”.
Si este Dios del toque te enamora, apúntate a este recorrido que propone su Ayuntamiento. Descárgalo aquí.
La playa del Rinconcillo era un lugar de veraneo de Paco y sus familiares, y el chiringuito Casa Bernardo, un lugar de pescaíto al que el guitarrista iba a tomar boquerones fritos, ortigas y puntillitas. Le gustaba tanto que le dedicó una rumba alegre, llamada igual que este local. ¡Sigue abierto! Así que, hay que pasarse…
Y si quieres saber más del guitarrista y su infancia, tienes que ver este documental.
No te puedes marchar de Andalucía sin pasear por la calle Fabié de Sevilla. En ella nació Naranjito de Triana (en el número 24) y en ella han vivido Paquita Rico o Curro Fernández. En esta casa al estilo de los corrales, la de los Fernández, se celebró la última gran boda gitana del barrio: la de Salud Ríos y Juan José Fernández. Allí acudieron Pastora Imperio, la Niña de los Peines, Antonio Mairena o Tomás Pavón.
Sí, hay tablaos también para ti
En busca del flamenco auténtico, no estamos en contra de los grandes tablaos. Pero muchos de ellos ofrecen, y lo dicen claramente, espectáculos para turistas, con lo que eso conlleva si se hablamos de lo jondo… Sin embargo, al fin y al cabo, tienen un papel crucial en la expansión de este arte y en dar “de comer” a esos cantaores, bailaores, percusionistas… que no tienen la suerte de estar en los circuitos de los grandes (que, por cierto, también actúan en ellos). El caso es que tienen mucho duende, mucha historia, cuando son antiguos.
Por eso, ir al famosísimo Los Gallos en Sevilla, es muy interesante aunque hoy sea muy turístico. Por él han pasado Paquera de Jerez, María Jiménez o Carmen Amaya. Es posible que algunos de los talentos de sus cuadros, entren en el cielo de las estrellas del flamenco. Decimos interesante porque en su escenario no hay micrófonos, altavoces o amplificadores. Todo es “a pelo”. Sus dueños aseguran que es el más antiguo (de 1966), pero no.
El más antiguo de Sevilla y de Andalucía, concretamente, de 1952 es El Patio Andaluz, donde actuaron Matilde Coral, El Farruco o Manuela Vargas.
Y en el barrio flamenco por excelencia de Sevilla, abrió hace poco (2012), Casa LaTeatro dentro del mercado de Abastos. No es que haya mucha raíz flamenca, salvo la experiencia en sí. Te contamos el porqué.
Su escenario es de 6 metros cuadrados y solo pueden tener 28 espectadores. Quizá sea el teatro más pequeño que hayas visto. Funciona, como hemos dicho, como un tablao si se trata de actuaciones flamencas (que tienen a diario), pero ofrecen de todo: magia, cabaret, talleres infantiles… Y clases de flamenco, como una muy especial, la de las castañuelas.
Por ese reducido espacio, se vive una experiencia muy auténtica. El encanto de la sala lo convierte en un lugar de encuentro privilegiado público y artistas. Y así es una de sus actuaciones:
Sin irnos de Sevilla, la Casa de la Memoria es otro de esos lugares que hay que visitar. Ubicada en lo que fueron las Caballerizas del Palacio de Lebrija, allí bailan, cantan o tocan artistas de reconocido prestigio nacional e internacional, además de conferencias y exposiciones,
Nos vamos de Sevilla. Otro tablao moderno, pero en un sitio lleno de historia, es La Cueva (en Granada, en el maravilloso barrio de Albayzín) y está, justamente, en una de las cuevas más bonitas de Andalucía. Es también restaurante, así que ahí puedes pasar un buen rato dándote alegrías gastronómicas (a base de buenos ibéricos andaluces) y musicales.
Para buscar raíces, tanto de la música como de una saga flamenca llena de tradición, nos vamos al local de los Amaya en el Sacromonte, en su Granada natal. Era el Reina Mora en el 71, con El Parranda al frente. Desde 2001, la familia Amaya lo llamó Albayzín, y ha sido desde entonces trampolín crucial para jóvenes artistas que han dejado su huella en el mundo del flamenco, incluyendo talentos como Fuensanta La Moneta, Patricia Guerrero, David Carmona, Alfredo Tejada e Ismael El Bola.
Este icónico tablao flamenco se encuentra estratégicamente ubicado en el famoso mirador de San Cristóbal, que corona el histórico barrio del Albayzín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si prefieres visitar Málaga, tienes que saber que Antonio Canales ha dicho que el mejor espectáculo de España en tablao flamenco es el del local Pepe López, antes El Jaleo, lleno, además, de muuucha historia del flamenco. Camarón de la Isla, el Carrete, El Chino de Málaga, Mario Maya, La More y la Chata, pasaron por allí.
Momento de tomar algo en tabernas y tabancos
Como acabamos de hablar de Málaga, sigamos unos instantes por aquí. Un sitio lleno de flamenco en sus paredes, en su olor y sus espectáculos, un cuadro vivo para entender el espíritu flamenco y su esencia, es la Taberna Flamenca Amargo. «Abstenerse guiris«, dicen sus dueños, que apuestan por el quejío de lo tradicional. Rociera y torera, además, sirve un jamón ibérico andaluz excepcional.
Viajamos hasta Cádiz. Un lugar poco conocido fuera de Andalucía es Casa Manteca. A este bar hay que acudir porque, además de estar de aniversario (lo abrió un cántabro hace 70 años), en él se bebía manzanilla de Sanlúcar a granel, a grandes sorbos, en los tiempos en que funcionaba también de ultramarinos.
Así la tomaban algunos de sus clientes predilectos: Camarón de la Isla y Rancapino. Emblema también del matrimonio «flamenco y toros», como en la anterior propuesta malagueña, un dúo casi indisoluble históricamente, da a este local un rancio pero hermoso encanto. Las tortillas de camarones, plato emblemático de esta ciudad costera, es una de sus especialidades. Siguen de moda sus vinos y sus chacinas, que hay que saborear sí o sí. Dicen sus habituales que el sitio tiene alma, duende, ¿vamos para allá?
Por Granada encontramos el Bar Provincias. Entre los bares flamencos, este es un clásico para los granaínos, porque es uno de «los de toda la vida». Se inauguró en 1945 en un callejón entre dos de las plazas más bonitas de la ciudad, la de la Catedral y la Bib-Rambla. Sus paredes están llenas de recuerdos de artistas flamencos, especialmente, de Enrique Morente. Y este es un tipo de público que sigue acudiendo a tapear a este local. Imprescindible probar su fritura de pescaíto bien regada con cerveza o las migas andaluzas. Allí te vas a encontrar con la saga de los Morente, con un poco de suerte.
En Córdoba hay que ir a La Fuenseca, un clásico del flamenco (¡180 años de vida!), lugar donde puedes encontrarte fácilmente con algún artista de renombre, jóvenes promesas, escritores, pintores… Sitio de reuniones y tertulias, de momentos de guitarra y cante, de exposiciones; aquí se reúne la peña que hace honor a Merengue de Córdoba. Los vinos andaluces son su especialidad y sus tapas muy de la gastronomía local.
De compras… fin del trayecto
Las pasarelas We Love Flamenco y Simof han puesto de moda el traje y complementos flamencos. Se celebran en Sevilla, la capital de los abanicos, trajes de flamenca y sombreros.
Hablando de sombreros, nos adentramos en la comercial e histórica calle Sierpes de Sevilla. Un rincón nos espera, aunque no es muy secreto. A veces, solo hay turistas viendo esta bella tienda situada en un edificio art decó. Es Maquedano, la primera sombrerería de la capital hispalense y, a día de hoy, la última que queda. Sus modelos de ala ancha, exclusivos y artesanos, se agotan con la Feria de Abril.
Ángela & Adela, Rocío Peralta o los mantones de Manila de Bordados Foronda son visitas clásicas si quieres saber cómo eran los bordados de vestidos, chaquetillas o mantones. De estos últimos sabe mucho Ángeles Espinar, bordadora artesana desde hace seis décadas que regaló un mantón a la reina Letizia que esta lució. También tienen sus diseños personales Eva Yerbabuena o Matilde Coral. Es una cita maravillosa acudir a su taller, que lleva su hija, porque está en un pueblo dedicado a la artesanía y el bordado desde hace más de un siglo: Villamanrique de la Condesa.
Y en esta localidad de gran tradición rociera, hay un lugar que poca gente conoce: la Asociación de Tamborileros, donde te enseñarán a tocar el tradicional tamboril. De este colectivo salen los músicos que tocan para las diferentes hermandades de nuestro país.