No es poco lo que le debe el flamenco al trabajo «por amor al arte» (nunca mejor dicho) de las peñas flamencas. Entre otras razones, porque preservan y promueven la cultura flamenca, contribuyen a la formación del talento… y más y más. De ello queremos hablaros en este post.
Las peñas flamencas son asociaciones que sirven como lugares de reunión para los entusiastas, artistas y aficionados del flamenco. Estas peñas brindan un espacio para que los artistas actúen, los enamorados de este arte aprecien sus secretos y los recién llegados aprendan sobre el flamenco. Las peñas flamencas se pueden encontrar en toda España y también se han extendido a varias partes del mundo donde el flamenco ha ganado popularidad. pero son, fundamentalmente, de Andalucía.
Posiblemente, muchas hayan nacido de una cálida reunión en bares y restaurantes; y más que posiblemente, grandes artistas de este arte hayan comenzado su carrera en ellas.
Respetando sus raíces populares, casi todas las peñas están abiertas al público para compartir sus espectáculos, conferencias y otras actividades.
Por qué son necesarias
Con sus actividades y participación en el día a día de su pueblo o ciudad, juegan un papel vital en la preservación, promoción y fomento de la tradición flamenca.
En la práctica, disponen de lugares (propios o alquilados, de intercambio…) para actividades alrededor del flamenco, actuando como centros culturales y educativos tanto para profesionales experimentados como para artistas (sobre todos, para los que buscan su hueco en este ámbito) y todo tipo de aficionados.
Estas asociaciones ofrecen una plataforma para espectáculos, talleres, concursos y debates relacionados con el flamenco.
El origen de las peñas flamencas
Las raíces de las peñas flamencas se remontan a finales del siglo XIX, cuando pequeños grupos de aficionados comenzaron a reunirse para compartir su pasión por esta forma de arte. Por lógica, nacieron en la cuna del flamenco, en Andalucía. Estas reuniones iniciales, finalmente, se convirtieron en peñas más estructuradas.
Casi todas las primeras peñas flamencas comenzaban con tertulias en sitios informales, y bastantes de esas tertulias, peñas flamencas en su filosofía, no se organizaron formalmente como tal. Por ejemplo, de 1880 es la del Café de Silverio de Sevilla a las que asistían, entre otros, AntonioMachado. Más tardía es la tertulia auspiciada por el gran Manuel de Falla, que llevó a crear a un Concurso de Cante Jondo en 1922. Se celebraba en la taberna El Polinario y a ella también pertenecían Federico García Lorca o Andrés Segovia.
¿Cuál es la primera peña flamenca de españa?
No hay una sola respuesta, pues depende mucho de la documentación histórica y, a veces, por su propia personalidad, de esos principios instantáneos, casi casuales, no hay mucho más que recuerdos de aquí y de allá. Desde el Instituto Cervantes pone el acento en esta cuestión: «Se disputan el prestigio que otorga la mayor antigüedad las dos primeras peñas flamencas fundadas en España, a mediados del siglo xx, que son la Peña de Juan Breva en Málaga y La Platería en Granada. Acudiendo al registro oficial, sería inmediato otorgar el reconocimiento a la que primero se constituyó, como decimos, oficialmente; pero una cosa es la celebración de actos de diverso tipo, y otra muy diferente el dejar constancia de ello en las administraciones públicas».
El trabajo de Lourdes Gálvez del Postigo publicado en la UMA (Universidad de Málaga) asegura que es la de Juan Breva, en Málaga, formada oficialmente en 1958. Algo que también confirma Lidia Atencia Doña, investigadora y profesora en el Conservatorio Superior de Danza en Junta de Andalucía, que lleva a 1948 la primera tertulia que daría paso a esta peña.
La Platería, en Granada, de 1949, que empezaría como una reunión de apasionados del flamenco hasta instalarse en un taller de platería (de ahí su nombre) y configurarse como «peña»,
Hay que poner también en contexto estos inicios, pues, en esa época, básicamente estaba prohibido asociarse, algo que cambió hacia 1964.